
Liturgia 7
¿Qué es el
Salmo responsorial?
El salmo responsorial es una oración tomada de la Biblia que se canta a
continuación de la proclamación de la primera lectura en la Misa. El salmo responsorial es la
primera respuesta de la asamblea creyente a la Palabra de Dios que se
acaba de anunciar. Y es una respuesta orante. Podríamos responder de algún otro
modo pero la Iglesia
ha considerado que no cualquier texto está a la altura de la Palabra de Dios. Por eso,
ya que en la Sagrada
Escritura encontramos oraciones y cánticos directamente
dirigidos a Dios, se ha echado mano de estos textos en los cuales Dios mismo
nos ha inspirado lo que teníamos que decirle, y ellos se han dispuesto en la Liturgia para ser
verdadero «eco» de lo que se acaba de escuchar.
Debido a que por su naturaleza es un canto, lo ideal es
hacer el esfuerzo por respetar el salmo correspondiente para que se vea su
utilidad como «eco» y «respuesta» y cantarlo. Esto no siempre es sencillo pues se
requiere, no sólo musicalización de los ciento cincuenta salmos que existen,
sino también cierta pericia para interpretarlos, pues por la naturaleza del
texto, el debido respeto hacia él reclama una especie de recitación. En muchos
sitios, al no ser posible cumplir con esa exigencia se opta por reemplazar el salmo
por otro de la misma “familia” —ya que los salmos pueden agruparse por su tenor
literario y por su contenido—; otra variante, más adecuada, es respetar el
salmo indicado por el Leccionario y para ello cantar, al menos, la antífona
correspondiente y proclamar las estrofas por medio de un lector (distinto del que
proclamó la primera lectura). La última instancia es que un lector lea el salmo
mientras la asamblea intercala la antífona, pero este modo, quizás el más
difundido, implica una verdadera pérdida de expresividad a la vez que un
esfuerzo memorístico importante para retener antífonas, a veces largas. Hay que
aclarar que es ilegítimo reemplazarlo por un canto cualquiera.
Para sentirnos identificados con los salmos en la Liturgia, es de mucha
ayuda conocerlos, utilizarlos y aprender
a rezarlos en la vida cotidiana. Para ello, es necesaria una buena traducción
como la de «El Libro del Pueblo de Dios». Los salmos tienen un revestimiento
literario que puede tornar dificultosa su comprensión, pero las buenas biblias
lo aclaran suficientemente, para que podamos rezarlos en perspectiva cristiana.
En esa línea, al rezar con textos muy dependientes de su contexto original, se
debe hacer una trasposición conceptual; por ejemplo, donde dice «Israel» un
cristiano puede entender «la
Iglesia» (el nuevo Israel), donde se habla de «los enemigos»,
un cristiano los identificará con sus malas inclinaciones, sus dificultades,
etc. donde se menciona a «Jerusalén», muchas veces se debe interpretar como la Iglesia celestial, etc.